Hernán Casciari

La Bety, una chica curiosa
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Más respeto que soy tu madre

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Hay una muchacha, la Betty, que tiene un blog muy pituco(1) en donde todos los viernes hace cinco preguntas para todo el mundo. Y como ya he recibido como cuatro mails de gente para que participe, aquí estoy, contestando las preguntas que hizo la Bety este viernes.

—¿HAY ALGUNA FRASE CÉLEBRE O CITA QUE SIGNIFIQUE ALGO ESPECIAL PARA TÍ, MIRTA?

—Mi frase célebre es «¿Sacarías la basura, Zacarías?». Un día me salió de casualidad y ahora la uso todas las noches.

—¿QUÉ FRASE DE UNA PELÍCULA TE HA QUEDADO MARCADA?

—Cuando Sandrini, en La Casa Grande, descubre que por fin su madre ha recuperado la vista, y sale a la calle gritando «¡¡La mamma ve los coloreeee!!». ¡Qué cinta maravillosa era esa! Ahora no se hacen cosas así.

—¿QUÉ FRASE DE UN LIBRO TE HA HECHO PENSAR, QUERIDA?

—No, si los libros son de pensar ni los agarro. Al Nacho le gustan los de pensar; a mí me gusta más internet y el bingo (antes de la tecnología me gustaba el radioteatro y la lotería con cartones).

—¿HAY ALGÚN VERSO DE UNA CANCIÓN QUE TE PAREZCA REALMENTE ESPECIAL?

—Yo toda la vida pensé que la frase «y un rayo misterioso hará nido en tu pelo», del tango El día que me quieras, decía «y un rayo misterioso, arácnido en tu pelo». Y me da tanta risa ser así de pelotuda.

—POR ÚLTIMO, MIRTA, ¿CUÁL ES EL MEJOR PIROPO QUE TE HAN ECHADO O QUE HAYAS ECHADO?

—Yo a un repartidor de mi barrio, cuando era soltera, le dije: «Arturo, ¿no quiere que le sostenga el bulto?». Me dio mucha vergüenza. Y a mí, el más interesante piropo que me han dicho fue: «Le chuparía tanto la peluda que se le irían los ojos pa’dentro, señora».

(1)El blog de Bety, llamado Las cinco del viernes, era uno de los más visitado en 2003. Su autora formulaba cinco preguntas todos los viernes y sus lectores las respondían, en sus blogs, durante la semana. Cuatro veces se utiliza en «Más respeto…» este sistema: en el primero responde Mirta, en el segundo el Caio, en el tercero el Zacarías, y en el último, Douglas Salvático.

Hernán Casciari